El Mini no solo triunfó en las carreteras, sino que también se convirtió en un protagonista de la cultura popular. Uno de los momentos más icónicos del coche llegó con la película The Italian Job (1969). En este clásico del cine, los Minis protagonizaron una de las persecuciones más memorables de la historia del cine, deslizándose por calles estrechas, subiendo escaleras y atravesando túneles.
Esta película consolidó al Mini como un símbolo de agilidad y estilo. Años más tarde, en 2003, el remake de The Italian Job volvió a colocar al Mini en el centro de atención, esta vez con los modelos modernos de BMW.